Cuando comenzamos recorrer La Cumbre y a adentrarnos en sus laberínticas calles, todo se vuelve mágico y un sinfín de sensaciones comienzan a invadirnos. Su arquitectura aristocrática le da un aire mágico que termina llevándonos hasta El Paraíso (la famosa casa de Manuel Mujica Lainez).
Es ahí donde comenzamos a entender cómo era este lugar en su época de oro y, por supuesto, tomamos conciencia inmediata de las personalidades que lo habitaron.
Casonas memorables de estilo inglés, bellos parques interminables, cerros que custodian que todo siga ahí a pesar del paso lento del tiempo, flores que primavera tras primavera despiertan sus aromas para endulzar las sierras.
La Cumbre posee uno de los mejores microclimas de las sierras cordobesas y esto se manifiesta por la gran cantidad de familias que, desde hace décadas, se instalaron allí para dar respiro a problemas de asma, bronquitis, espasmos y demás.
Haciendo honor a su nombre, es el punto más alto de las sierras del Valle de Punilla, con unos 1.180 metros sobre el nivel del mar. Ofrece paseos y circuitos naturales inolvidables para practicar actividades de lo más variadas tanto en el agua, en tierra firme, como en el aire.